En un colegio de élite estaba ocurriendo una situación inusitada: algunas alumnas que usaban lápiz
labial, todos los días besaban el espejo y después había que remover las marcas grasosas de lápiz labial lo cual era todo un problema. El director estaba bastante molesto, porque el celador
tenía un trabajo enorme para limpiar el espejo al final del día. Pero, como
siempre, en la tarde siguiente estaban de nuevo las mismas marcas de lápiz
labial...Un día el director convocó al grupo de alumnas en el baño y les explico
pacientemente lo complicado que era limpiar el espejo con todas aquellas
marcas que ellas hacían. Fue una especie de sermón que duró una hora.Sin embargo, a pesar del reclamo, al día siguiente
las marcas de lápiz labial en el baño reaparecieron. En la siguiente ocasión, el director
convocó de nuevo al grupo de alumnas pero esta vez con el celador presente en
el baño; en una breve pausa, le pidió al celador que demostrara la dificultad del trabajo de
limpieza. El celador agarró un paño, lo mojo en el agua del
inodoro y lo pasó sobre el espejo. Nunca más aparecieron las marcas en ese sitio!