En desarrollo de una historia anterior, se nos ocurrió que en definitiva debíamos hacer el esfuerzo de ser creativos en mi gobierno. Fue así como propuse diseñar los Ministerios de colores y de este modo se dieron las funciones de los dos primeros:
--El Ministerio del
Blanco se ocupará de las ovejas, de la nieve, de las nubes albas, de las
gallinas blancas, del nácar, de los albinos y de los lecheros; del blanco de
China que se usa como pigmento en la paloma blanca de Picasso, de los inodoros y
los lavamanos; y cuando alguien sugirió la paloma de la paz le respondí que los más extremistas candidatizaban a los elefantes blancos sin darse cuenta que ellos dan mala reputación.
--El Ministerio del
Negro se ocupará de la noche, de Mandela y sus seguidores, de las ovejas azabaches, de Louis
Armstrong por supuesto, de las cajas negras, de las panteras de ese color, de la tinta
Waterman, de los agujeros cósmicos, de las viudas negras y en especial de la
franja inferior en la bandera de los angoleños que le hace el honor a todo un continente homónimo.
Cuando nos proponíamos oficializar los otros colores, mi esposa reclamó que no le tocaran el pink pues el rosado era parte de sus obligaciones y solo ella decidiría cómo debía operar. Entonces dejamos la tarea para otra ocasión en que los planetas nos fueran más propicios.