viernes, 6 de marzo de 2020

soluciones burka


   El presidente Lopez Michelsen tiene más historias que Borges, unas muy ingeniosas y otras inventadas por sus amigos, o sus enemigos. Pero una característica de sus comunicaciones era su enorme capacidad de mirar el revés de los hechos, de distinguir al otro lado el pespunte rústico en los tapices que lucían más hermosos por delante. Allí atrás descubría aquellos asuntos por los cuales hacía pensar al país.
   Alguien recuerda que le llevó a López Michelsen un manuscrito sobre un libro en torno al derecho de amparo (que Lopez importó de la legislación mexicana) con el ánimo de que se lo comentara. Después que el presidente le dio una ojeada, el autor del libro le preguntó si valía la pena publicarlo o tirarlo a la basura. Lopez dizque le contestó: “No tengo tiempo para hacerle el prólogo, pero publíquelo: de tirarlo a la basura se ocuparan sus lectores”. Otros asumen que esta historia es de Chejov, el cuentista ruso.
   Hablando de respuestas ingeniosas, López también nos contó ésta solución de Kemal Atartuk, el padre de la Turquía moderna, que es toda un clásico: para que las mujeres dejaran de usar el burka tradicional en su país, inmediatamente llegó al poder emitió un decreto que decía: “Se prohíbe el uso del burka en todo el territorio nacional. Aquella mujer que lo lleve será calificada de prostituta”. Al otro día no había un burka en la calle.
   El jurista Jaime Castro nos contaba una vez que cerca de Moniquirá hubo hace años un paro en rechazo por una carretera que estaba por construirse para unir una población lejana y aislada con la vía central a Duitama. Los ganadores (que le tenían miedo a la civilización, a la televisión, a las putas y a las conservas) fueron los vecinos que habían creado el “Comité Cívico Pro-Contra la Carretera” quienes se atravesaron con éxito en este cambio por largo rato. Para los consultores gerenciales sobre la resistencia al cambio, este es uno de nuestros mejores ejemplos. Tales ingeniosidades también se pueden reunir bajo el nombre de “soluciones burka”.

libros rechazados

Mi amigo Oscar se duele, sin demasiado ruido y sin vergüenza, de un libro suyo que ha visto caminar inútilmente por varias editoriales. Entonces le cuento la historia de una obrita  que compré una vez en Génova, “Il Gran Rifiuto”, de Mario Baudino (Longanesi & C., Milano, 1991), sobre las muchísimas peripecias que pasaron Dostoievski, Mallarmé, Proust, Joyce, Hemingway, Calvino, Tolkien, Musil, Gore Vidal y otros para que les publicaran sus "necedades". En mi pésimo italiano, aprendido de la televisión y de los estibadores de Livorno, hubiese querido traducirlo en esa época como un desahogo a muchos que han pasado, y pasarán, por lo mismo.