De nuevo me muevo con nuevos supuestos. A mí se me antoja desde hace rato que la historia se desbarata
con las biografías y, por supuesto, con las autobiografías: solo los hechos
escuetos la hacen viable y conocida. De resto, grandes y enormes trechos de
subjetividades con las cuales se van construyendo unos episodios, a menudo inconexos, que
unos cuantos interesados se encargan de encadenar con desigual suerte. Creo que Popper habló de esto algún día
pero no estoy dispuesto a certificarlo.
sábado, 9 de noviembre de 2019
corrupciones
Hay una confusión de términos que atenta contra
los verdaderos significados de una afirmación: la frase enriquecimiento ilícito parece aplicarse tan sólo a
los narcotraficantes y sus aliados. No es así: la corrupción que padecemos como una
plaga también hace parte del género del enriquecimiento ilícito. El CVY de los
contratos, la usura, la especulación de los tenderos con sus productos y de los
inversionistas con sus dólares, los créditos amañados, los peculados, y un
largo etcétera, ¿qué son sino enriquecimientos ilícitos?
la producción plena
A veces nos amedrentan con la baja oferta de empleos en nuestra zona. A veces se puede responder de una manera diferente: desde los tiempos de crisis
en los años treinta, cuando se habló de la teoría de la ocupación y del dinero,
el tema favorito de los economistas se llama el pleno empleo. Para decirlo en
una frase, todo el mundo debe estar colocado; vale decir, debe alcanzarse la meta de un
empleo para el cien por ciento de la población económicamente activa. Este sueño se ha probado
irrealizable y --como la paz-- tal vez se alcance en brevísimos momentos de la
historia.
De lo que nadie habla, ni siquiera los gurús de economía, es de la producción plena: todos los recursos de un país, todos en plena producción. Los términos se invierten: si hay producción, habrá empleo. Cuando el propio Keynes sugirió que se daría mucho empleo con una cuadrilla de trabajadores cavando zanjas y otra cuadrilla detrás llenando las mismas zanjas, en efecto se daba muchísimo empleo...pero los resultados eran naturalmente improductivos. Es hora pues de cambiar la ecuación.
De lo que nadie habla, ni siquiera los gurús de economía, es de la producción plena: todos los recursos de un país, todos en plena producción. Los términos se invierten: si hay producción, habrá empleo. Cuando el propio Keynes sugirió que se daría mucho empleo con una cuadrilla de trabajadores cavando zanjas y otra cuadrilla detrás llenando las mismas zanjas, en efecto se daba muchísimo empleo...pero los resultados eran naturalmente improductivos. Es hora pues de cambiar la ecuación.
Con esta
reflexión, una vez más proponemos que la productividad debe ubicarse en el escenario de las soluciones al trabajo.
wenceslao
Drácula estaba
leyendo que un rey alemán del medioevo, Wenceslao, le había vendado los ojos a
un verdugo de su palacio antes de decapitarlo él mismo con el objeto de ver
cómo era la muerte. Esta escena conmovió de tal manera a Drácula que olvidó sus
viejas andanzas y se internó en un monasterio de trapenses a rumiar sus culpas
y prepararse para la eternidad.
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