sábado, 9 de febrero de 2019

los primeros habitantes

Se me ocurre que el hombre primitivo se organizaba muy fácilmente. Aquel que veía venir al mamut de primero, asumía el trabajo de vigía o de oteador de la tribu. Aquel que corría más velozmente, era el corredor principal y se distinguía por eso. El que arrojaba la lanza con mayor precisión lo llamaban el Arquero Mayor y por derecho propio ocupaba la vanguardia de las tropas. El que distribuía las piezas del asado de los venados parecía ser aceptado como el Gran Jefe: en ese momento no importaba su estatus, sino los resultados de su distribución para que todos quedaran contentos. Si este dejaba mas primitivos satisfechos que descontentos, poco a poco se lo aceptaba con el rol del mas importante de la comunidad. Así comenzó la política. 

confesión tardía

Ahora me doy cuenta que comenzar la aventura de un blog sin la mínima experiencia, sin las virtudes para conocer sus regates, deja la sensación inicial de entrar en una gruta medio iluminada en cuyas paredes se mecen las sombras de la incertidumbre. Pero por lo menos sé que será posible. Nadie puede morir en un intento como este, y la posibilidad de ir a lo nouveau aún puede ser franqueable a nuestros años.