Este es un cuento de Juan Armando Epple, un cuentista chileno, y dice así:
El coronel ordenó, mientras observaba con recelo a la
estudiante:
—Revisen también el dormitorio.
Al rato volvió un cabo:
—Mire lo que encontramos, coronel. “Las armas
secretas”, de un tal Cortázar.
Al coronel se le iluminó la cara.