jueves, 26 de diciembre de 2019

los imperfectos


Hay una afirmación de la actual canciller alemana Angela Merkel que revela una verdad de la política a veces minimizada. Dice así: “Los presidentes no heredan problemas. Se supone que los conocen de antemano y por eso se hacen elegir para gobernar con el propósito de corregir dichos problemas. Culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”.
Hemos leído esta versión hace poco y se nos ocurre que podemos explicarla con otra perspectiva de esta época: empecemos por señalar que no todos los gobernantes son perfectos. Desde el momento de tal afirmación se puede  pensar que si existen gobiernos debe existir alguna manera de solucionar el problema de los gobernantes imperfectos. Lo complicado es cuando alguno de ellos, candidato o gobernante, ha prometido hacer el diseño de una sociedad ideal. Es decir, cuando uno escucha esa promesa de un candidato, lo mejor que puede hacer es salir corriendo y votar en su contra: un ser imperfecto que cree tener el secreto de una sociedad ideal, es aún más imperfecto que el resto de nosotros. Darle poder sería una disparate.
En consecuencia, y dentro este mismo razonamiento, si la democracia nos obliga a elegir parecería correcto decir que uno no puede convertirse en fanático incondicional de un candidato o gobernante al que supone como una persona excepcional y sin defectos. Ofrecer o respaldar el otorgamiento de mucho poder en seres imperfectos, es como ponerse a sabiendas en manos de personas que, por ello mismo, cometerán errores y caerán en conductas indebidas. Y algo aún más obvio: los gobernantes son seres imperfectos que no pueden producir gobiernos perfectos. No obstante, es inevitable que, para evitar la anarquía o el desgobierno, los pueblos caen repetidamente en esa equivocación que la gente adivina de antemano.
La razón por la que gobernantes imperfectos se autodenominan a sí mismos salvadores nacionales y redentores sociales, por lo general como parte de la campaña, es precisamente por una característica muy propia de los gobernantes imperfectos: salvo muy escasas excepciones, los gobernantes que proponen grandes redenciones tienen una visión muy simplificada y engañosa del mundo. Para muchos, el mundo está formado usualmente de buenos y malos, y desde ese momento las cosas comienzan a ir por un camino incierto.
En resumen, si alguien en verdad tiene una genuina vocación de servicio a la sociedad debería pensarlo dos veces antes de entrar a una oficina del gobierno. Vería realizados sus sueños de servicio con mayor plenitud en las acciones que realizan los misioneros, los enfermeros y una serie de personas que con escasos ingresos se consagran a la atención de los demás. Vale decir que tiene que estar preparado para ello porque la vocación de servicio se va agotando, en especial entre nosotros, entre los vericuetos de la burocracia y las acechanzas de los corruptos.
Piénsenlo bien los candidatos a cargos públicos a partir del año entrante: las artimañas son muchas y la ética a menudo es incapaz para hacerles frente. A menos que la vocación de servicio sea tan fuerte que ahogue todos lo demás intereses y propósitos. En ese caso, lo que queda es consagrarse totalmente al bien y vivir esa realidad intensamente.

lunes, 23 de diciembre de 2019

atrás del limbo


La parte trasera del limbo no parece nada desagradable. Allí hay cosas para aprender.
Algunos pudieran pensar que hablamos del limbo como aludiendo al panorama que existe entre el infierno y el cielo; otros dirán que es posible considerar la retaguardia de una chica de certificación ISO 900, o sea muy bella, que se desplaza por un lado de la playa sin preocuparse por las miradas que le caen de todas partes con un goce del cual no es ajena; finalmente el limbo para otros anuncia cualquier cosa que se encuentre en un rincón de su casa, lejos de la mirada de los visitantes o de los intrusos que a veces fisgonean so pretexto de admirar los jarrones, los cuadros o las cortinas de la sala.
Todos se equivocan. El limbo está ubicado en alguna parte del cerebelo, muy cerca de esa máquina indomable que guarda los recuerdos con mucha meticulosidad porque al recibirlos, solitarios o en manada, los pule con un paño limpio permitiendo que algunos brillen más que otros aunque hayan sido utilizados con más frecuencia por razones estéticas, utilitarias o simplemente hedonistas.
Es muy difícil controlar el manejo de los recuerdos y siempre habrá alguno más aprovechado que otro al utilizarlos para su conveniencia: es así como se desfiguran las autobiografías de tal manera que los posibles biógrafos encuentren una serie de atajos que, en fin de cuentas, únicamente están camuflando las visiones de una vida.
Como los infantes no tienen recuerdos que valgan la pena, a ellos les asignaron el discreto y menguado papel de guardianes del limbo dizque para evitar cualquier estropicio. Pero, a medida que los niños crecen, se van desdibujando los límites del limbo infantil y comienzan a pertenecer poco a poco al mundo de los adultos que saben manipularlos a su acomodo. Como el proceso es automático --y muy pocos saben hospedar en el limbo mayor las verdaderas reminiscencias, las de verdad, las que nutren las experiencias, las que concurren periódicamente a lo cotidiano, las que se solazan en el consultorio de un freudiano--, entonces llegan hasta allí un montón de impurezas que ya son difíciles de expulsar.
Desde aquel momento en que se contaminan las memorias, el papel del limbo deviene subalterno y muchas personas, para no tener problemas con el pasado, deciden hacerlo a un lado y acudir a su encuentro solo si existe el peligro de que una fuga produzca un alud de acontecimientos inesperados, inmanejables, que arruinan el limbo y lo dejan a merced de los mercenarios. De todos modos, para los que sí saben hacerlo, el limbo representa un activo de importantes alcances que puede someterse pasivamente cuando se lo necesite, o en forma activa de acuerdo a unas circunstancias que hagan necesario revelarlo para acabar una disputa o confirmar una aseveración.
En el limbo no se puede lidiar con las emociones porque ellas pertenecen a unas categorías de conducta que solo los muy racionales pueden entender y manejar. Este oficio, por supuesto, es el más complejo que existe por lo indomables que son los sentimientos y el complejo territorio donde pueden gobernarse de una manera genuina y eficaz. Es por ello que la versión utilitaria del limbo todavía es poco reconocida, y la verdad es que, al fin de cuentas, dicha tierra media está habitada por tortuosos que juegan al vaivén de los sucesos y mantienen su vigencia para que los mentalistas acaso hagan su vida y se puedan presentar en televisión.

versión de la rata


Cuenta J.G. Ballard que una rata de laboratorio se pavoneaba diciendo: "Tengo a este científico tan adiestrado que cada vez que presiono una palanca, me da una bolita de comida".


sábado, 21 de diciembre de 2019

los micos no cambian


Siempre que me preocupo por hablar acerca de la resistencia al cambio que tienen los quindianos, no dejo de recordar la historia de los micos. Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro pusieron una escalera y, sobre ella, un montón de bananos. Cuando un mono subía la escalera para agarrar los bananos, los científicos lanzaban desde afuera un chorro de agua helada sobre los micos que quedaban en el suelo.
   Después de algunas experiencias, cuando un mono iba a subir la escalera los otros lo agarraban a golpes para que no lo hiciera. Por supuesto que poco a poco ningún mono se atrevía a subir la escalera a pesar de la tentación de los bananos.
   Entonces los científicos sacaron un mono y lo sustituyeron por otro nuevo. La primera cosa que hizo el nuevo fue subir la escalera, pero rápidamente fue bajado por los otros, quienes le dieron una paliza. Después de algunas tundas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.
   Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fueron sustituido. Los científicos quedaron entonces con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca habían recibido un baño de agua helada, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a los bananos.
  La moraleja es que si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a los nuevos que intentaban subir la escalera, con certeza la respuesta de los monos sería: ---"No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así...".


el conservatismo ilustrado de caldas


Acabo de recibir el libro “Caldas en la Pluma de los Historiadores” de Ángel Maria Ocampo Cardona, libro de la Secretaría de Cultura cuyo envío agradezco no solo por la enorme perspectiva cultural que ofrece sobre ese Departamento, sino también porque me sugiere algunas reflexiones que quiero compartir a vuelapluma ahora que las chispitas navideñas iluminan nuestra memoria.
Hay una afirmación de Ocampo que me llama la atención: en cierto momento de la historia caldense hubo un interregno de los años 40 y 50 durante el cual los historiadores “entraron en sus cuarteles de invierno”. Creo adivinar la razón de este paréntesis con una hipótesis que he venido trabajando sobre el concepto de “el conservatismo ilustrado” que reinó en Caldas durante un arco de tiempo significativo, suposición que algunos estiman que no debe quedarse tan corta como lo presente.
Por un tiempo la política y la economía dominaron en el panorama caldense y casi se diría que opacaron las demás disciplinas en el ambiente cultural de la región. Alzate Avendaño y Londoño Londoño, Aquilino Villegas, José Restrepo, Silvio Villegas y Castor Jaramillo cumplieron un importante papel en el desarrollo del conservatismo por su posición altiva frente al grupo bogotano de Laureano Gómez y sus aliados. Pero además surgió una clase de economistas (más abogados que economistas, pero empíricos en esta profesión) como Hernán Jaramillo Ocampo, Antonio Álvarez Restrepo, Augusto Ramirez Moreno, Germán Botero de los Ríos, Manuel Mejía, Arturo Gomez Jaramillo, Hernan Uribe, principalmente, quienes en diferentes periodos, por lo menos de dos décadas, incidieron en la política económica de la administración de Ospina Perez y de Pastrana. Este sería entonces el grupo extraterritorial de intelectuales caldenses cuyo enlace o articulación con el grupo territorial de los “azucenos” del Club Manizales era incuestionable.
Semejante conjunto de personajes, todos muy cultos y elocuentes, fueron bautizados por los diarios bogotanos como los grecocaldenses, y luego en forma paródica como los grecoquimbayas. Y así fue como el asunto de las Identidades de la que hablaba Otto Morales tomó cuerpo en esta generación manizaleña  y se llevó de calle lo que hacían, mal que bien, los quindianos y los pereiranos. Ellos le dieron buena imagen a Caldas y este hecho, por añadidura, también nos daba cierta importancia a sus vecinos. Solo que cometieron el pecado de mirarse demasiado el ombligo y se olvidaron que en Risaralda y en el Quindío ya comenzaban a escucharse voces de repulsa al centralismo de la capital caldense que desembocaron en lo que ya sabemos.
Esta es una primera explicación del retiro durante un tiempo de los historiadores (y su regreso en buena hora con la Academia, con Hoyos Editores, con Vicente Arango y con Impronta y esa pléyade de escritores que reseña el mencionado libro) cosa que registramos por su franqueza. Pero me queda una duda final al ver que Ángel Maria Ocampo inexplicablemente omite el trabajo breve pero sustancioso de Rogelio Escobar Ángel que, por lo menos a mí, me dio muchas luces de introducción al tema de la colonización  antioqueña.

viernes, 13 de diciembre de 2019

los juegos que jugamos

El escritor Simon Sinek nos revela que existen dos clases de juegos: los juegos finitos, como el fútbol y el ajedrez, donde los jugadores son bien conocidos, las reglas del juego son fijas y el propósito final es muy claro. En los juegos infinitos, por el contrario, como los negocios, la política o la vida misma, los jugadores van y vienen, las reglas suelen cambiar con frecuencia y no hay un punto final definido. En los juegos infinitos que hemos señalado, no hay ganadores ni perdedores sino un solo camino: adelante o atrás.
No hay duda que esta es una importante reflexión que motiva a saber que ganar no siempre es el mejor objetivo dado que, por lo regular, la ganancia es pasajera --lo mismo que la pérdida-- y que en su búsqueda a menudo se dejan regados muchos problemas, incluyendo la reputación de los adversarios. 

lunes, 25 de noviembre de 2019

participar en consensos

Es innegable: los consensos son lentos; todo diálogo es parsimonioso, las decisiones consensuales producen letargo. En cambio, los apremios de las personas y de las empresas son inmediatos, en especial en estas épocas de vertiginosos cambios e incertidumbres. ¿Cómo podemos conciliar entonces las decisiones lentas y participativas con las urgencias instantáneas y rápidas?
   El que no sepa responder esta pregunta estará condenado a ser un probable enemigo del trabajo en equipo. Porque la lentitud del consenso que se suele presentar en las funciones de un equipo, contrasta paradójicamente con la rapidez del autoritarismo. Es evidente: es más factible que una imposición individual descienda fácilmente por la pirámide organizacional, que un consentimiento grupal tomado por varias personas se presente a tiempo al sitio donde debe llegar.
   Preguntamos entonces: la velocidad del cambio al que nos vemos enfrentados como personas y como organizaciones ¿requiere menos consensos y más autoritarismo? Qué queremos al fin: ¿consensos lentos o decisiones autocráticas? Resolver esta contradicción constituye la esencia de la participación.
   Al hablar de esta palabra se nos ocurren las mismas reflexiones: involucrar, concurrir, asociar, envolver, son algunos sinónimos legítimos de la participación. Pero involucrar es también un proceso de muy lento aprendizaje y difícil alcance --que la sola Constitución del 91 no puede propulsar por mucho que se mencione la participación en muchas de sus cláusulas.
   Asociar es pues un asunto de tiempo, de aquiescencia, de tranquilo intercambio con la otra parte. A pesar de las apariencias, los partidos políticos colombianos no han tenido la paciencia para involucrar a sus militantes, y por lo tanto han tenido muy pocas posibilidades de facilitar la participación. Los gerentes tampoco tienen paciencia para involucrar a sus colaboradores en las decisiones de su organización, y prefieren la persecución en caliente, la línea rápida y de menor resistencia en las decisiones importantes. De esta manera nadie aprenderá, ni en la familia, ni en las empresas, ni en el Gobierno, la lenta pero definitiva naturaleza de participar.
   En otras palabras: participar es sentirse parte de algo. Si yo me siento parte de algo, me involucro en ello. Si mi eventual sentimiento de participación no existe, ¿por qué demonios me involucro en alguna cosa?

   Por todas estas razones no es de extrañar que la paz sea tan complicada para los impacientes y para los que ni sienten la necesidad de participar, ni han recibido oportunidades para ejercerla.

soluciones burka


El ex presidente Lopez Michelsen tenía más historias que Borges, unas muy ingeniosas y otras inventadas por sus amigos, o sus enemigos. Pero una característica de sus comunicaciones era su enorme capacidad de mirar el revés de los hechos, de distinguir al otro lado el pespunte rústico en los tapices que lucían más hermosos por delante. Allí atrás descubría aquellos asuntos por los cuales hacía pensar al país.
   Alguien recuerda que le llevó a López Michelsen un manuscrito sobre un libro en torno al derecho de amparo (que Lopez importó de la legislación mexicana) con el ánimo de que se lo comentara. Después que el presidente le dio una ojeada, el autor del libro le preguntó si valía la pena publicarlo o tirarlo a la basura. Lopez dizque le contestó: “No tengo tiempo para hacerle el prólogo, pero publíquelo: de tirarlo a la basura se ocuparan sus lectores”. Otros asumen que esta historia es de Chejov, el cuentista ruso.
   Hablando de respuestas ingeniosas, también suele evocarse esta solución de Kemal Atartuk, el padre de la Turquía moderna, que es todo un clásico: para que las mujeres dejaran de usar el burka tradicional, inmediatamente llegó al poder emitió un decreto que decía: “Se prohíbe el uso del burka en todo el territorio nacional. Aquella mujer que lo lleve será calificada de prostituta”. Al otro día no había un burka en la calle. 
   El jurista Jaime Castro nos contaba una vez que cerca de Moniquirá hubo hace años un paro en rechazo por una carretera que estaba por construirse para unir una población lejana y aislada con la vía central a Duitama. Los ganadores (que le tenían miedo a la civilización, a la televisión, a las putas y a las conservas) fueron los vecinos que habían creado el “Comité Cívico Pro-Contra la Carretera” quienes se atravesaron con éxito en este cambio por largo rato. Para los consultores gerenciales sobre la resistencia al cambio, este es uno de nuestros mejores ejemplos. Tales ingeniosidades también se pueden reunir bajo el nombre de “soluciones burka”.


lunes, 18 de noviembre de 2019

la tetera inspiradora


Hay una escena muy nabokoviana que trae Bernard Pivot en sus memorias sobre el programa de entrevistas literarias que realizaba en la televisión francesa. Pivot fue un brillante personaje de la literatura gala en especial por las entrevistas de televisión en su programa nocturno llamado Apostrophes, hecho con una erudición responsable, fruto de las lecturas previas de la obra del entrevistado y una claridad de preguntas que llegaban al publico de una manera limpia y popular. 
   Nabokov fue entrevistado en 1975 y, mucho después, Pivot contó los detalles de ese momento los cuales dan cuenta del estilo cuidadoso de responder que tenía el novelista ruso. El encuentro transcurrió en la casa de Nabokov en Montreaux, Suiza –-lugar donde residió hasta su muerte, una casa administrada por su esposa Vera y su hijo Dimitri-- donde el entrevistador se vio varias veces interrumpido por dos pianos cuyos afinadores habían llegado al mismo tiempo que Pivot.
   Para complacer al novelista, ambos pactaron unos sorbos de whisky en una tetera a efectos de no dar una imagen extraña a los televidentes franceses, al tiempo que Pivot se aseguraba con ello unas mejores respuestas para su programa. Cada quince minutos uno de los dos preguntaba: “¿quieres un poco más de té?”. Pivot rememoró en 1987 algunos pormenores de esa transmisión donde la meticulosidad de Nabokov se hizo presente porque había conocido previamente las preguntas y leía sus opiniones en unas tarjetas que traía consigo. 
   No obstante esta falta de espontaneidad, la figura del autor de Lolita nunca disminuyó en su presentación al punto que Pivot reconoce que “tengo un sentimiento casi religioso por ese programa”, como dijo posteriormente. Y añadió: “era un gran comediante, increíble por sus bromas, su calidez, su humor, sus evasiones ingeniosas, su descaro y, por supuesto, su inteligencia”.
    El formidable reportaje puede verse en el enlace https://www.the-tls.co.uk/articles/public/melting-with-tenderness/ del suplemento literario del Times de Londres, reproducido en noviembre de 2019.

sábado, 9 de noviembre de 2019

de nuevo las biografias


De nuevo me muevo con nuevos supuestos. A mí se me antoja desde hace rato que la historia se desbarata con las biografías y, por supuesto, con las autobiografías: solo los hechos escuetos la hacen viable y conocida. De resto, grandes y enormes trechos de subjetividades con las cuales se van construyendo unos episodios, a menudo inconexos, que unos cuantos interesados se encargan de encadenar con desigual suerte. Creo que Popper habló de esto algún día pero no estoy dispuesto a certificarlo.

corrupciones


Hay una confusión de términos que atenta contra los verdaderos significados de una afirmación: la frase enriquecimiento ilícito parece aplicarse tan sólo a los narcotraficantes y sus aliados. No es así: la corrupción que padecemos como una plaga también hace parte del género del enriquecimiento ilícito. El CVY de los contratos, la usura, la especulación de los tenderos con sus productos y de los inversionistas con sus dólares, los créditos amañados, los peculados, y un largo etcétera, ¿qué son sino enriquecimientos ilícitos?

la producción plena


A veces nos amedrentan con la baja oferta de empleos en nuestra zona. A veces se puede responder de una manera diferente: desde los tiempos de crisis en los años treinta, cuando se habló de la teoría de la ocupación y del dinero, el tema favorito de los economistas se llama el pleno empleo. Para decirlo en una frase, todo el mundo debe estar colocado; vale decir, debe alcanzarse la meta de un empleo para el cien por ciento de la población económicamente activa. Este sueño se ha probado irrealizable y --como la paz-- tal vez se alcance en brevísimos momentos de la historia.      
De lo que nadie habla, ni siquiera los gurús de economía, es de la producción plena: todos los recursos de un país, todos en plena producción. Los términos se invierten: si hay producción, habrá empleo. Cuando el propio Keynes sugirió que se daría mucho empleo con una cuadrilla de trabajadores cavando zanjas y otra cuadrilla detrás llenando las mismas zanjas, en efecto se daba muchísimo empleo...pero los resultados eran naturalmente improductivos. Es hora pues de cambiar la ecuación. 

Con esta reflexión, una vez más proponemos que la productividad debe ubicarse en el escenario de las soluciones al trabajo. 

wenceslao


Drácula estaba leyendo que un rey alemán del medioevo, Wenceslao, le había vendado los ojos a un verdugo de su palacio antes de decapitarlo él mismo con el objeto de ver cómo era la muerte. Esta escena conmovió de tal manera a Drácula que olvidó sus viejas andanzas y se internó en un monasterio de trapenses a rumiar sus culpas y prepararse para la eternidad.


jueves, 7 de noviembre de 2019

expresión amorosa

Lo que hay que oír: una apreciada amiga me contaba que la mejor proposición sentimental en su vida consistió en un ramo de rosas rojas que ella había recibido, con una tarjeta finamente caligrafiada con el siguiente texto: "quiero decirte que te amo cliteralmente". 

martes, 5 de noviembre de 2019

el egoísmo y sus males

Cada que lo pienso una y otra vez, deduzco que el egoísmo es un creciente mal universal. Lo que inquieta de este fenómeno es la inmutabilidad de su existencia, la capacidad que tiene el egoísmo para subsistir y reproducirse. Esa es precisamente la pregunta esencial: ¿es el egoísmo un escudo protector de mi yo, del mismo perfil que el arma elegida por Hans Solo para defender a la tierra de sus invasores? 
Si el egoísmo es la defensa de mi individualidad, entonces puede verse como una forma de protección de mi yo, como las púas de una planta carnívora. En la medida en que crecen las dificultades de la vida diaria y se encuentran solo respuestas tradicionales o precarias para bregar con los problemas, en ese momento podemos pensar si podemos arrojarlo de nosotros a pesar de que el egoísmo está tan adherido o fusionado con nuestra piel. 
No obstante, lo más difícil es transformar el egoísmo en colaboración. Cualquier síntoma de empatía con los demás, cualquier muestra de apertura —v.g., solo escuchar de verdad al otro, oírlo genuinamente— y en ese momento los muros del egoísmo empiezan a flaquear. Solamente cuando lo expulsamos de nuestro ser, convertimos el egoísmo en una verdadera arma de solidaridad

aversión a los pobres

La voz aporofobia ha sido acuñada por la filósofa española Adela Cortina en varios artículos de prensa en los que llama la atención sobre el hecho de que solemos llamar xenofobia o racismo al rechazo a inmigrantes o refugiados, cuando en realidad esa aversión no se produce a menudo por  su condición de extranjeros, sino porque son pobres.

ingenio


Una fórmula providencial para desembarazarse de un impertinente aspirante a locutor sin futuro alguno la  dio un día Gabriel Muñoz a Juan Harvey Caicedo, examinador de los aspirantes por encargo del Ministerio de Comunicaciones: “Dile, sencillamente, que no sirve para nuestro oficio  porque tiene los pies planos”.

viernes, 25 de octubre de 2019

bach, el hombre

  De repente descubrí, por un biógrafo llamado Ted Gioia, que Bach no era un santo. El músico de la cristiandad, un luterano a carta cabal, era un hombre de este mundo. En efecto, una reciente biografía muestra que no solamente componía música celestial, sino que su órgano le permitió procrear 22 hijos en el largo periodo de su vida. Nadie habla de su matrimonio con una adolescente, ni del consumo de cerveza que le pedía a sus benefactores, ni los constantes problemas disciplinarios que causaba en su relación con sus alumnos de música. Era un poeta musical que inventaba sinfonías, oratorios, cantatas, pero también tonos y arpegios y demás complacencias que los soberanos de su época le retribuían generosamente. Gracias a ese confort fue percibido como un hombre del status quo y, dice el biógrafo, al parecer era porque el status quo se adaptaba a su creatividad y sus prerrogativas: cuando era necesario forzar a los burócratas de la Corte, los forzaba con su influencia para así demostrar su independencia musical ante los poderosos. Para Gioia, Juan Sebastian Bach era un rebelde subversivo y así lo demuestra una semblanza no convencional de un familiar ilustre de las catedrales y sus órganos descomunales.  

miércoles, 16 de octubre de 2019

peligro a la vista


  Este es un cuento de Juan Armando Epple, un cuentista chileno, y dice así: 
  El coronel ordenó, mientras observaba con recelo a la estudiante:
  —Revisen también el dormitorio.
  Al rato volvió un cabo:
  —Mire lo que encontramos, coronel. “Las armas secretas”, de un tal Cortázar.
    Al coronel se le iluminó la cara.


lunes, 14 de octubre de 2019

cuento erótico

Un cuento sorpresivamente antierótico --los hay-- es de Alejandro Rossi: "La besó, la arrinconó, le mordisqueó el cuello, la desvistió, le acaricio los amplios senos y le explicó la plusvalía".

domingo, 13 de octubre de 2019

la moral virtuosa


El debate del MeToo, que ha gastado mucha tinta en los medios mundiales, posee algunas derivaciones interesantes en el campo de la literatura. Por ejemplo, un bloguero se despachaba contra Roman Polanski y sus desafueros hace años con una menor de edad, motivo por el cual ha sido vetado en varios países y organizaciones. Pero hubo una respuesta inesperada que daba pie para empezar a tramitar el debate: "¿Pero qué puedes decir de sus películas? Son formidables. ¿O es que el arte no importa?" Lo mismo podría decirse de Woody Allen y los relatos de Foster Wallace.
   Este tipo de apreciaciones en las redes sociales subsisten cuando, a manera de réplica, empezamos a preguntarnos por las razones que hicieron que Shakespeare abandonara su familia, o que Norman Mailer, en algún arrebato de mala hora, apuñalara a su esposa. La pregunta que sigue es si debemos amar a las personas solamente porque son moralmente virtuosas.

viernes, 11 de octubre de 2019

personas como murallas


  Hay personas como algunas casas: llenas de cuartos vacíos y de alcobas colmadas de cosas inútiles y protegidas con altas paredes que no dejan ver nada sino la oscuridad de los muebles antiguos y desvaídos. Son personas hechas de escudos, de torres y de castillos –como esos de San Felipe, con agujeros para los cañones-- que quieren ser todo lo impenetrables que se pueda para que la desconfianza no se les vea en medio de las barreras de su personalidad.  El miedo, si el miedo, las ha vuelto a ellas ocupantes especiales de un espacio construido para que no penetre el mundo exterior (y quizás menos la luz de afuera) de tal modo que se puedan conservar intocables todos sus gestos, los ademanes que no se pueden revelar y las palabras que tapan su exposición ante los demás. Encerradas en sí mismas, estas personas se ponen lejos de una comunicación genuina y se van marchitando, a los ojos de los demás, mientras su persistencia en la muralla cobra su frutos en la soledad. 
   En cambio hay otras cuyos espacios vitales son tan abiertos que entran más luces de las que debiera y así la casa donde habitan es una muestra de confianza a cuyas escalinatas uno se puede acercar con la creencia cierta de una hospitalidad fértil y larga. 


jueves, 10 de octubre de 2019

la prueba estoica


  Para muchas personas el enojo y la frustración son la respuesta corriente que solemos darnos al no obtener o alcanzar lo que queremos. Pero, según William B. Irvine, hoy puede hablarse de estrategias alternativas a ese proceso negativo y una de ellas es la prueba estoica: cuando nos enfrentamos a un revés debemos tratarlo como una prueba de nuestra capacidad de recuperación e ingenio, como lo señalaron los filósofos que se ocuparon de estas respuestas como Marco Aurelio, Séneca y Epicteto. Por lo menos que esto sea motivo de reflexión y una nota marginal para entender la resiliencia. 

martes, 8 de octubre de 2019

la muerte de narciso


La ninfa Eco, contaba Ovidio, se enamora de un presumido joven llamado Narciso, hijo de otra ninfa, Liríope de Tespia. Un dios del río, cuyo nombre era Céfiso, amaba tanto a Liríope que la había rodeado con sus corrientes, una y otra vez, hasta que la atrapó en sus trayectorias y logró concebir un hijo con ella. La madre, preocupada por el bienestar de su hijo Narciso, decidió consultar a un vidente, Tiresias, quien le dijo a la ninfa que el chico “viviría hasta una edad avanzada mientras nunca se conociera a sí mismo”, según apunta la Wikipedia. Después de Narciso haber rechazado el amor de la ninfa Eco, y haber causado con ello su muerte al punto de que de ella solo se conservaba la voz, Narciso sintió sed y se dirigió a un pozo a beber. La tragedia consiste en saber que el joven murió allí, contemplando su propia imagen.

   Percibirse, reconocerse, observarse, es tal vez la verdadera tragedia de esta historia, contradiciendo todos los procesos que conducen a sobrellevar la vida mediante el conocimiento de sí mismo. Por supuesto que Sócrates se revuelve en su tumba porque Narciso representa lo antagónico del saber y la existencia: el supuesto de que “solo sé que nada sé” queda en entredicho y lo que parecía una historia de los dioses tutelares se convierte en una aguda contradicción de la filosofía.

lunes, 7 de octubre de 2019

biografías y la historia


Desde hace rato vengo pensando que la historia se desbarata con las biografías y, por supuesto, con las autobiografías. La subjetividad que rezuman estos textos es innegable y, por lo tanto, tienden a autodestruir el original. Solo los hechos escuetos hacen viable y conocida a la historia. De resto, grandes trechos de subjetividades van construyendo distintas clases de episodios, a menudo inconexos, que unos cuantos se encargan de encadenar y otros de confundir. Creo que Popper habló de esto algún día pero no estoy dispuesto a jurarlo.

sábado, 5 de octubre de 2019

los tres libros


            Este episodio de la vida real sucedió así: en un pasillo por el cual circulaban los cientos de participantes del Congreso Nacional de Historia en Armenia, el pasado 3 de octubre, me encontraba tratando de responder a la pregunta de un amigo antioqueño quien quería conocer mi versión sobre los libros que se habían utilizado para la enseñanza de la historia en Colombia en el siglo pasado.
            En realidad la inquietud concreta consistía en saber si el libro de historia de Henao & Arrubla todavía se usaba o, por lo menos, si había un sucesor. En esos momentos pasó por mi lado un miembro de la academia quindiana a quien agarré del brazo y, sin muchos preámbulos, se lo presenté así a mi colega de Medellín: --“Mira, este es el autor de la “Historia Socioeconómica de Colombia”, en compañía de la historiadora Margarita Peña, un libro de culto que cubrió esta asignatura de bachillerato por varias décadas al final del siglo XX”.
            El tímido Carlos Alberto Mora Buitrago bajó los ojos, se ruborizo un poco pero no atinó a negar que ese libro suyo cobijó la enseñanza de historia en Colombia por un largo lapso con la bendición del Ministerio de Educación de su época. Muchísimas ediciones y ejemplares salieron de las imprentas de Norma entre 1983 y 2002 en un formato de fácil lecturabilidad, ilustrado con mapas, cuadros, índices, dibujos, borradores cartográficos y fotos antiguas y de actualidad. Alguien decía que el famoso texto del mexicano Daniel Cossío hubiese podido ser una referencia de Mora para elegir el formato más apropiado para la enseñanza.
Lo que Mora Buitrago suele omitir de sus trabajos en torno a este libro es la verdadera noticia del mismo: en un debate del senador Alvaro Gomez Hurtado al Ministro de Educación durante el cuatrenio de Barco, el político levantó la mano con el libro de Mora diciendo que era una obra comunista y por lo tanto que el ministro conservador debía retirarlo del mercado y, por supuesto, de las aulas escolares. Así se hizo y el libro, hasta la actualidad, pasó a las páginas de un Índice conservador que se llevó de calle a otras obras, como los libros de Vargas Vila, acusadas de pecados de los que habría que salvar a los jóvenes.
Mi reflexión personal va un poco más allá de la anécdota: terminado el reinado del libro de Henao & Arrubla, sobre el cual se han dicho muchas cosas, fue el momento de la “Historia Socioeconómica de Colombia” en las aulas escolares. Y ahora, uno de los ilustres visitantes al Congreso de Historia, Jorge Orlando Melo, ha escrito la “Historia Mínima de Colombia” que cubrirá la enseñanza de la historia por muchas décadas más. Estos tres libros, más el libro de Salomón Kalmanovitz sobre el mismo tema publicado hace unos años, son un estupendo abrebocas histórico a la realidad económica y social del país.
Creo que la inquietud de mi amigo antioqueño quedó despejada y que nosotros también podemos encontrar, con estos  testimonios, el pretexto para hacerle un reconocimiento a quien no puede ya ocultar sus verdaderos y eruditos aportes a la historia de Colombia. Mora Buitrago vive por estos andurriales y no solo es un emblemático amigo de la academia, sino un investigador que aprecio y respeto.

martes, 24 de septiembre de 2019

la duda en la política

"Dado que la política democrática no es una ciencia exacta, es más, dado que está muy lejos de ser algo parecido a una ciencia exacta, la duda se encuentra instalada a la mitad de la sala. Dado que existen diversos diagnósticos y propuestas, desiguales corrientes de pensamiento, intereses varios, dado que las pasiones nunca pueden ser desterradas, que lo que resulta venturoso para unos puede derivar en una desgracia para otros, que lo que funciona en una región puede no ser bueno para otra, etcétera, la duda está —o debería estar— en el centro del debate público". José Woldenberg, escritor mexicano en la revista digital Nexos. 

lunes, 23 de septiembre de 2019

billetes dispersos en la carretera

 
La revista digital Fronterad, que se publica en España centrada en el periodismo narrativo, no deja de darnos sorpresas agradables con sus colaboradores. Esta vez se trata de un relato de Luis Carlos Nieto quien describe un sugestivo pasaje de su experiencia en una carretera española. 
 "El día 6 de junio de 2016 nos convocó Andrés Sorel en el Episcopio de Ávila para presentar dos libros suyos. Nuestro amigo Nino presentaba las Antimemorias de un comunista incómodo y mi encargo consistía en presentar la reedición de Las voces del Estrecho. Presenté el libro recordando un suceso que nos ocurrió tiempo atrás, en tres escenas y una realidad. Decía así:
Escenario
Una noche de verano en Ávila. Años setenta. Pura transición, organizábamos lo que llamamos la Semana Cultural de Castilla y León, en la entonces Casa de la Cultura, donde celebrábamos debates y conferencias sobre cultura y política. 
Primera escena
En un coche viajábamos cinco personas entre ellas Andrés, Ana (su compañera) y yo. Íbamos despacio porque la conversación era intensa. Al terminar de bajar la cuesta de la ermita de Sonsoles nos adelantó un coche. Momentos después una nube de polvo lo envolvió todo y paramos. Nos bajamos sobrecogidos.
Segunda escena
Se va despejando la nube de polvo y delante de nosotros aparece un coche partido, destrozado y trozos de chapa por todos lados. No había nadie y la cuneta y el asfalto estaban llenos de billetes de mil pesetas. Muchos billetes de mil pesetas.
Cuando nos serenamos oímos que desde el trigal venía una queja leve y una respiración cada vez más fuerte. Era una persona herida que necesitaba auxilio y que estaba tendido entre los surcos. Nos acercamos, le tocamos sin moverle y hacíamos lo poco que sabíamos, que era animarle para que respirara, para que siguiera viviendo. Queríamos que siguiera viviendo.
Aunque había poco tráfico al cabo de unos minutos pararon otros coches. Una persona tomo el pulso al herido y otros fueron a llamar a una ambulancia. Y nosotros intentando convencerle de que se quedara en la vida.
Tercera escena
Irrumpe en escena un hombre fuerte, voz ronca. Hombros anchos y cabeza más bien pequeña. Se dirige a nosotros y nos increpa diciendo que la carretera estaba llena de billetes, que dejáramos al herido y que entre todos recogiéramos el dinero, que estas cosas siempre traen problemas. El hombrecillo no quería problemas. A nosotros se nos había olvidado el dinero de la carretera, y seguíamos animando al herido, hablándole para ver si con palabras le atábamos a la vida.
El hombrecillo de la voz ronca y decidida no paró de recoger billetes hasta que llegaron las ambulancias. No preguntó cómo estaba el herido. Andrés le miró todo lo mal que pudo sin decir palabra.
La realidad
El herido en el accidente sobrevivió a pesar del impacto tan fuerte (por eso lo cuento), imagino que no por nuestras palabras de aliento, sino porque llegaron las ambulancias y después los médicos harían un buen trabajo y el motivo de que hubiera aquella parva de billetes dispersos por la carretera era porque se trataba de un empleado de banca que venía de recoger la recaudación de los pueblos de la sierra".

domingo, 22 de septiembre de 2019

la meritocracia se muere


   Un hallazgo muy interesante para las empresas colombianas: al menos en los Estados Unidos, por ahora, hay señales de que la meritocracia está en decadencia. Luego de mucho tiempo en que, por influencia de los programas organizacionales, se estableció que las promociones dentro de las empresas se obtienen a través de la habilidad y el esfuerzo, y que la versión de que las recompensas sociales y económicas deben ser consecuencia de los logros (un ideal que servía como estímulo a los empleados), de repente esa imagen empieza a ser devaluada por los hechos.
    La movilidad ascendente no es tan frecuente como parece; es más bien un simulacro, en tanto que la meritocracia es un mecanismo, abierto u oculto, de concentración y transmisión de la riqueza entre las familias y grupos dominantes. La globalización es resultadista y allí no valen las disculpas sino la ley de la selva. Lo más grave aún: en investigaciones realizadas en EEUU se revela que las clases medias en la actualidad carecen de mecanismos claros para el ascenso pues cada vez más se consolida la desigualdad entre los trabajadores.
   Los que logran “llegar a la cima” son fácilmente requeridos por sus patronos a que trabajen más y más, con mucha mayor intensidad, dado que tienen el privilegio de una educación costosa la cual debería representar altos y buenos beneficios para la empresa contratante. Los éxitos de la meritocracia consisten en que a ciertos empleados se los pueda explotar más y mejor.
   Por muchos años la agencia del Servicio Civil en Colombia ha venido luchando con denuedo por imponer este tipo de pensamientos en el sector oficial, pero la verdad es que sistemáticamente sale derrotada por el clientelismo y las malas prácticas de la politiquería dentro de la burocracia. El dedazo, como es llamado entre los mexicanos, siempre sale triunfante. No hay meritocracia en el Gobierno sino más bien una serie de prácticas que la anulan. El éxito de la mediocridad oficial radica en esta falla en el trabajo de los que toman decisiones.
    Estos argumentos se derivan de conocer el libro The Meritocracy Trap del profesor de Yale, Daniel Markovits, donde muestra el funcionamiento interno de la máquina meritocrática en su país, aunque también ofrece respuestas sobre lo que debe hacerse en búsqueda de un mundo organizacional que pueda brindar más dignidad a sus empleados.


viernes, 20 de septiembre de 2019

los perros de otros

A veces, para animar el día, se tienen estos pensamientos derivados de otros. A un amigo de los perros que publica una columna en El Colombiano le dije: haría falta, para compensar, una crónica sobre los “indiferentes de perro”, como este servidor, que únicamente los mira con cuidado cuando acompañan a una bella dama (por ella, no por el can), cuando asoma en mis ojos el miedo de un rotwailler, o para admirar uno de esos ejemplares de lobo plateado, con ojos azules, que a veces se cruzan en mi camino remolcando a su dueño. Pero todos ustedes, los esclavos del perro, me dejan cierto sabor a piedad. Es inevitable: la amistad no es del todo incondicional.

viernes, 13 de septiembre de 2019

comunicar es traducir

Lo digo con  énfasis: la comunicación es una traducción. Alguien como Malcom Gladwell escribió un libro llamado "Hablar con extraños" donde se muestra la dificultad de comunicarnos genuinamente con los demás. Digo entonces que "traducir" las palabras, los gestos, las miradas, las posturas, sentimientos y emociones de otra persona es un proceso de una incalculable perfección para el cual no tenemos las habilidades necesarias y es por ello que solemos perder lo que en verdad quieren decirnos.

personas como burbujas

Se me ocurre que hay personas que son como una burbuja: encerradas en sí mismas, viven cómodas adentro, no se conectan con el exterior y miran hacia afuera lo que pasa. De repente les llega el pinchazo de un extraño y, como son tan frágiles, se vuelven pedazos. 
¿Será posible pensar que así también existen ciertas comunidades o regiones empecinadas a vivir dentro de sí mismas, temerosas de los cambios, y asustadas cuando perciben la presencia de un bello ramo de rosas rojas porque con ellas vienen también unas espinas letales? 

lunes, 9 de septiembre de 2019

el ejemplo lo es todo

   Nunca es inapropiado traer una historia sobre la ética que pueda servir para ocuparse de ella. Proviene de un blog europeo que desconozco pero creo que vale la pena darla a conocer.

   Un padre decidió llevar a sus hijos al circo. Al llegar a la taquilla, pregunta:
   --“Hola, ¿cuánto cuesta la entrada?”
   El vendedor responde:
   --“Treinta euros para los adultos y veinte para los niños de 7 a 14 años. Los niños hasta 6 años no pagan. ¿Cuántos años tienen?”
   Y el padre responde:
   --“El menor tiene 3 años y el mayor 7 años”
   Con una sonrisa maliciosa el chico de la taquilla dice:
   --“Si usted hubiese dicho que el mayor tiene 6 años, yo no me hubiese dado cuenta, y usted se ahorraría veinte euros”.
   Y el padre responde:
   --"Es verdad, puede que usted no se hubiese dado cuenta, pero mis hijos sabrían que mentí para obtener una ventaja y el recuerdo de esta tarde no sería el circo; en realidad sería terrible para su aprendizaje e insertaría en sus mentes el error de que hay que mentir y robar para tener la oportunidad que ya tenemos." 
   Y finalizó diciendo: --"La verdad no tiene precio. Hoy dejo de ahorrar veinte euros, que no me pertenecían por derecho, pero he ganado mucho más: gano la gracia de que mis hijos sepan la importancia de decir la verdad, pues yo soy su ejemplo en ese instante". 
   El taquillero permaneció mudo: también él tendría una tarde especial para recordar. El ejemplo enseña. El ejemplo lo es todo.




viernes, 6 de septiembre de 2019

no me arrepiento

   Una de las ultimas confesiones de mi amigo Jorge Valencia Jaramillo se la dio al periodista Oscar Dominguez hace unos días. En ella reconoció: “No me arrepiento, NO,  no me arrepiento de haber amado a aquella mujer. Si, no me arrepiento. Y, SI, lloro por esa mujer. Y es claro, infinitamente claro, que seré el más melancólico de todos los muertos, de todos los cementerios de este mundo”.

los aventureros del blog


Los aventureros del blog somos como los malos pescadores, marineros desorientados que solemos otear el horizonte a menudo en la búsqueda de incertidumbres. Pero, mientras tanto, seguimos echando las redes: algunos pequeños peces serán capturados (unos curiosos, otros navegantes de paso, indiferentes los más y quizás algún y fiel persistente lector) pero al marinero ya no le importa si debe dejar el barco al vaivén de los desinteresados o continuar con su faena. Finalmente, en medio de su incertidumbre, el grumete limpia las redes y las arroja de nuevo al mar proceloso de los indiferentes. Y así lo hará una y otra vez mientras le dure el entusiasmo y no tema confundirse por el rencor de los envidiosos o el silencio de los ausentes.

jueves, 5 de septiembre de 2019

el dragón


Dado que no sabía de su existencia, de repente Carolina se encontró en un pasadizo al famoso dragón con los labios leporinos. Lo miró de soslayo y siguió su camino.


sábado, 31 de agosto de 2019

lo asertivo


Me ha llamado la atención esta cita de Luca Prodan (si es un cantante nunca lo he escuchado) del grupo Sumo: “No sé lo que quiero, pero lo quiero ya”. Es perentoria, proactiva, asertiva –-la más difícil comunicación del momento. Vale la pena.

viernes, 30 de agosto de 2019

novelas eróticas

   Recuerdo la famosa novela de Almudena Grandes, que abrió un interesante camino en la literatura de España en torno al despertar sexual con Las edades de Lulú, y las aventuras fogosas del brasilero Vadinho, el primer marido de Doña Flor, para decir que el erotismo es uno de los temas más repetidos de la literatura mundial.
   No importa la madurez, como Humbert Humbert, el nobokoviano personaje masculino de Lolita, o la edad de la protagonista de El intenso calor de la luna de Gioconda Belli --una mujer madura que se encuentra casualmente con una nueva e inmensa pasión--, muchas de estas novelas fueron censuradas por lo explícito de sus escenas sexuales. En el caso precursor de El Amante de Lady Chaterley de D. H. Lawrence (publicada en Florencia en 1928 y en solo 1960 en Inglaterra), los rigores de la censura también se han hecho sentir en muchísimos casos que exceden las líneas de este texto. Ni hablar de la tremenda producción de Henry Miller y su contraparte Anais Nin. 
   En 1928, el francés George Bataille tuvo que publicar su Historia del Ojo bajo seudónimo porque fue tildada como una novela transgresora aun bajo el clima de los surrealistas. Claire Morgan fue el sobrenombre de Patricia Highsmith para que su novela Carol, fuese publicada en los EEUU en los años 50. Marguerite Duras, en El amante (novela que fue llevada al cine con la colaboración de la autora) describe una relación en la Indochina colonial entre una joven de 14 años (al parecer, ella misma) y un rico heredero chino de 26, sin necesidad de ser muy explícita en las escenas sexuales.
   Todavía nos falta por conocer en el papel algunas nuevas historias como Las Cincuenta Sombras de Grey (donde el cine les cambia algunas descripciones), y otras recomendaciones como Las vírgenes suicidas de Eugenides, El lector de Schlink, y los relatos de Andre Dubus bajo sugerente título Adulterio, para completar con ellos una buena reseña de este enorme capítulo de la literatura contemporánea.

miércoles, 28 de agosto de 2019

¿cambia el capitalismo?


   Hace unos años las organizaciones solían reunir a sus ejecutivos de primer y segundo nivel con el objeto de repensar la empresa y decidir entre todos la clase de Visión y Misión que ella debía tener en los siguientes años. Con el correr del tiempo era fácil ver que muchas empresas no solo incumplían los preceptos de su Misión sino que la violaban constantemente sin ningún escrúpulo. La revisión periódica o anual de estas intenciones se fue dilatando precavidamente. El resultadismo les resulta más fascinante.
   Por trabajar en el campo de la consultoría organizacional, este proceso nos ha interesado de alguna manera dado que hemos visto que esta práctica de establecer Misiones casi que está olvidada. 
   Algo está cambiando. Un mensaje de 200 líderes corporativos en los EEUU, el pasado 19 de agosto, señala que los negocios como antes ya no son aceptables. Cuando una Mesa Redonda de Negocios emitió una "Declaración sobre el Propósito de una Corporación", terminaron argumentando que el objetivo principal de las empresas ya no debería ser maximizar las ganancias para los accionistas: tan importante como recompensar a los inversionistas o dueños es utilizar el poder de las empresas para construir una sociedad mejor.
   En tal sentido, los miembros de ese grupo de empresarios se comprometieron “a construir comunidades locales, invirtiendo más en los empleados, fomentando la diversidad y la inclusión, adoptando prácticas sostenibles y una serie de otros objetivos que priorizarían los beneficios sociales sobre la recompensa de los accionistas”. 
   Los ejecutivos que dieron su firma a esta promesa incluyen a personas de Apple, de J.P. Morgan Chase, de Amazon, de IBM y de GM. Ya hay investigaciones y escritos de Harvard Business School que discuten tanto el concepto en teoría como ofrecer ejemplos en la práctica; en este mismo sentido, el programa electoral del demócrata  Bernie Sanders ha puesto un punto muy alto en esta campaña en los EEUU.
   Todos habíamos aprendido aquello de Michael Porter y sus seguidores, pero ellos mismos han dicho que un sistema político como el estadounidense está manipulado porque limita la competencia y va en contra del interés público. Por ejemplo, J. P. Morgan Chase está haciendo grandes inversiones en la revitalización de Detroit, y Enel, la compañía de energía estatal de Italia, se convirtió en una empresa líder de la energía renovable después de largos años de aceptar ser usuario de los contaminadores de carbón de Europa.
    Algo está cambiando en el mundo y el capitalismo, por lo menos en su forma tradicional, siente pasos de animal grande.

pesimistas y optimistas

A un amigo que se inicia en la política local decidí enviarle esta antigua historia cuyo significado él podrá deducirlo.  

El comportamiento de sus dos hijos tenía extrañados a los padres: ante la misma situación, uno reaccionaba con gran pesimismo, y el otro con marcado optimismo.

Consultaron a un psicólogo, y este sometió a los chicos a una prueba. Encerró al pesimista en un cuarto con toda clase de juguetes y le dijo que hiciera con ellos cuanto quisiera. Al optimista lo llevó a un cuarto lleno de estiércol de caballo.

Cuando regresó algunas horas después, encontró al primero desolado frente a los juguetes. Al preguntarle qué le pasaba recibió de inmediato esta respuesta: "El columpio me golpea las piernas; las fichas del rompecabezas me dañan las manos; ese acertijo me tiene con jaqueca; y aquel videojuego me toma mucho tiempo".

Entonces fue a ver al segundo chico, y lo encontró totalmente sucio, cubierto de porquería hasta la cabeza. Cuando le preguntó por qué estaba así, el niño le dijo: "Presiento que debajo de toda esta boñiga hay un pony, y lo estoy buscando".




lunes, 26 de agosto de 2019

propensión a la mediocridad


Recientemente he aprovechado lecturas en torno a la biografía de algunos personajes de la historia que, a través de sus realizaciones nos han contado la clase de dedicación y de energías que ellos ponían en las empresas que creaban u organizaban. Una de ellas, la de la señora Michelle Obama, nos ha sorprendido con su narrativa fluida y agradable sobre su vida y su paso por la casa de los mandatarios estadounidenses.
Pero leyendo los detalles de muchas de esas personas excepcionales que suelen reconocerse como líderes de una sociedad, me di cuenta de que la mayor y la más importante de sus virtudes es la perseverancia en su oficio, en su tarea, en su profesión. En muchos momentos observé que la perseverancia es un atributo positivo que ofrece muchas satisfacciones, al contrario de la terquedad que parece una sombra negativa y no pocas veces un obstáculo que se atraviesa en las realizaciones propias o en las de terceros.
Navegando en esas reflexiones caí en cuenta de otra situación relacionada que he vivido de cerca en mi contacto con otros: hay sujetos no-perseverantes que disfrutan haciendo muchas cosas a la vez, como picaflores que van de allí para allá asumiendo responsabilidades, dejando huellas interesantes en algunos casos, y permitiendo que su figura aparezca en varios sitios a la vez. Cambian de metas, cambian de oficio, son muy serviciales, se comprometen a veces con causas utópicas, y por ello conservan una trayectoria muy amplia de admiradores y amigos.
En definitiva se me ocurre que es tal la variedad de iniciativas que ellas ofrecen sin perseverar, y el tiempo tan corto que pueden dedicarle a las muchas opciones con las que juega, que estas personas están condenadas a ser mediocres. Encontré que el nombre preciso de este comportamiento es el de la propensión a la mediocridad: porque esta tendencia de abarcar muchas situaciones, de estar en todas partes, no le permite a su poseedor ser excelente en ninguna y más bien ser un transeúnte temporal de todas las oportunidades que le ofrece la vida. Su realización personal se posterga cada día, en medio de la admiración de sus más cercanos ---aunque una muy privada e íntima insatisfacción parece que lo corroe todos los días.
Con otras características, la propensión a la mediocridad aparece también en las sociedades modernas cuando se resisten a alcanzar una identidad propia que les valga para sus realizaciones. Hace un tiempo en mi región se hizo el intento de unir los recursos profesionales y económicos de varias universidades con el objeto de establecer, entre todas, unas misiones bien acertadas e incluyentes orientadas a trabajar en favor del desarrollo de una región. En algún instante apareció el germen de la mediocridad, representado por el egoísmo y el individualismo, hasta que se arruinaron las buenas intenciones de sus promotores que creían en la solidaridad como un componente esencial del progreso.

una revista que muere

Hace unos días se anunció que la famosa revista Playboy termina su vida como publicación especializada y pionera, desde luego, en este tipo de medios. No obstante me hizo reír el comentario de uno de sus muchos lectores cuando dijo: "Es una catástrofe y me afecta muy especialmente. Solo quiero saber por lo menos si la revista estará en las salas de espera de los centros de donación de esperma".

domingo, 11 de agosto de 2019

ingenio a la mano


En un colegio de élite estaba ocurriendo una situación inusitada: algunas alumnas que usaban lápiz labial, todos los días besaban el espejo y después había que remover las marcas grasosas de lápiz labial lo cual era todo un problema. El director estaba bastante molesto, porque el celador tenía un trabajo enorme para limpiar el espejo al final del día. Pero, como siempre, en la tarde siguiente estaban de nuevo las mismas marcas de lápiz labial...Un día el director convocó al grupo de alumnas en el baño y les explico pacientemente lo complicado que era limpiar el espejo con todas aquellas marcas que ellas hacían. Fue una especie de sermón que duró una hora.Sin embargo, a pesar del reclamo, al día siguiente las marcas de lápiz labial en el baño reaparecieron. En la siguiente ocasión, el director convocó de nuevo al grupo de alumnas pero esta vez con el celador presente en el baño; en una breve pausa, le pidió al celador que demostrara la dificultad del trabajo de limpieza. El celador agarró un paño, lo mojo en el agua del inodoro y lo pasó sobre el espejo. Nunca más aparecieron las marcas en ese sitio!



viernes, 28 de junio de 2019

Lilit, la rebelde

Hay una historia revelada por Robert Graves, en su libro Mitos Hebreos, que da cuenta de la siguiente situación. Según el folclor judío, Lilit fue la primera mujer en el Edén mucho antes de Eva. Pero Lilit era una mujer rebelde porque se negó a hacer el amor con Adán en la posición de misionero aduciendo que ella estaba hecha del mismo barro y por lo tanto no le debía sumisión al hombre. Entonces, para compensar esa falta, Dios usó una costilla de Adán para dar a luz a la obediente Eva.

lunes, 10 de junio de 2019

fake news

La distorsión en los mensajes, con el objeto de manipular a la gente con noticias erradas, no es de ahora sino de siempre. Hace años se combatía a Marx y a los comunistas con esta frase: "“¡Los bolcheviques no quieren que tengas auto!”. Observen la calidad de la mentira. Ahora se dice que los amigos de la paz y los acuerdos de La Habana, como en el caso de Santrich, por esa sola razón auspiciamos la impunidad.  Semejante dualismo es un disparador de la polarización que conviene a quienes se ubican en los extremos. 

domingo, 2 de junio de 2019

el río y el mar

  Estoy imaginando una leyenda sobre un río que llegó hasta su desembocadura y le dio miedo seguir porque el océano era muy grande y amenazador. No obstante, si quería desbordar sus prejuicios y sus intolerancias, y hacer parte del cambio en la naturaleza, tenía que arriesgarse a reconocer que estaba llegando a una nueva época. Cuando ingresó al mar poco a poco comenzó a sentir que era parte de un fenómeno descomunal y que la repercusión de su ingreso era en verdad insignificante para los demás, pero muy importante para quien había vencido el temor de entrar en lo moderno y lo desconocido.

lunes, 27 de mayo de 2019

el verso que consagra


  Hablar con los poetas siempre resulta un deleite. Con Piedad Bonnet una vez  iniciamos un rastreo por los versos inolvidables. 
  Le decía que los no-poetas, solo lectores de poesía, nos afanamos siempre por encontrar una metáfora que justifique el itinerario por todo el territorio de un libro. Y de golpe tropecé y me deleité con este verso de ella: “tan inocente/ como un pequeño lobo en su placenta”!
  Cuando a un poeta se lo recuerda, es porque engendra una semilla, una sola (un verso, un terceto, una cuarteta, aun un epígrafe) que se va con uno por el resto de la vida y la puede recitar cuando lo provoquen; con eso basta para que el poeta sea inolvidable, con eso basta. 
  Veamos algunos ejemplos. “Juego mi vida, cambio mi vida” (León de Greiff; “Teresa, en cuya frente el cielo empieza” (Carranza); “El verde de todos los colores” (Arturo”; “El mismo amor que yo le tengo a mis zapatos viejos” (Luis Carlos López); “Hay días en que somos…” (Porfirio);  “La princesa está triste… (Rubén Dario); “Caminante, no hay camino… (Machado); “Hay golpes en la vida, yo no sé!” (Vallejo); “Puedo escribir los versos más tristes esta noche” (Neruda)… y muchos más. 
   Un verso, uno solo, y el poeta pasa a nuestra memoria histórica. 

sábado, 25 de mayo de 2019

luteranos


Hace un tiempo conocimos esta singular historia: a principios del siglo XX, cuando los boyacenses comenzaron a construir una carretera hasta el municipio de Miraflores, un poblado al que se llegaba por caminos farragosos tras varias jornadas a caballo, sus habitantes se alborotaron todos porque iba a llegar la civilización, el trago, las putas y la gonorrea; por eso crearon el Comité Pro-Contra la Carretera que dio la batalla (infructuosamente) por muchos meses.
Hace poco recordé que esta misma historia con ocasión de la noticia del homenaje a Blas de Lezo en Cartagena. Pensando al revés (como le gustaba a Lopez Michelsen que siempre veía el tapiz por el otro lado) me dije que deberíamos crear más bien el Comité Pro-Contra Blas de Lezo: los objetivos de esta entidad consisten en defender la idea de que el corsario Vernon al vencer a los cartageneros  en 1741 habría podido ser la cabeza de playa de los ingleses en Colombia —como lo fueran los peregrinos del Mayflower en Boston en 1620 y el almirante Walter Raleigh en 1583 al conquistar al territorio de Virginia (bautizado así por una Reina a quien él le rendía sus favores de la cintura para abajo).
De este modo seríamos luteranos —quienes fomentaron el capitalismo mundial al señalar que hacerse ricos era una ofrenda al Señor—, y austeros casi en todo como los mormones del sur, y tal vez más tolerantes que muchos católicos de hoy. Nos hubiésemos evitado muchos despropósitos, hablaríamos perfectamente el inglés de corrido, beberíamos cerveza por pintas y no a picodebotella, Elton John presidiría las asociaciones LGTB y Wayne Rooney seria nuestro James frente a los sudamericanos.



lunes, 20 de mayo de 2019

la impunidad

Hace años se combatía a los marxistas con esta frase: "“¡Los bolcheviques no quieren que tengas auto!”. Ahora se dice que los amigos de la paz auspiciamos la impunidad si no extraditan a un personaje del momento. Pienso que con ese manto nos van a llevar a la misa de estas próximas elecciones para polarizar aun mas a la opinión. Amanecerá y veremos.