miércoles, 28 de agosto de 2019

pesimistas y optimistas

A un amigo que se inicia en la política local decidí enviarle esta antigua historia cuyo significado él podrá deducirlo.  

El comportamiento de sus dos hijos tenía extrañados a los padres: ante la misma situación, uno reaccionaba con gran pesimismo, y el otro con marcado optimismo.

Consultaron a un psicólogo, y este sometió a los chicos a una prueba. Encerró al pesimista en un cuarto con toda clase de juguetes y le dijo que hiciera con ellos cuanto quisiera. Al optimista lo llevó a un cuarto lleno de estiércol de caballo.

Cuando regresó algunas horas después, encontró al primero desolado frente a los juguetes. Al preguntarle qué le pasaba recibió de inmediato esta respuesta: "El columpio me golpea las piernas; las fichas del rompecabezas me dañan las manos; ese acertijo me tiene con jaqueca; y aquel videojuego me toma mucho tiempo".

Entonces fue a ver al segundo chico, y lo encontró totalmente sucio, cubierto de porquería hasta la cabeza. Cuando le preguntó por qué estaba así, el niño le dijo: "Presiento que debajo de toda esta boñiga hay un pony, y lo estoy buscando".




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