sábado, 9 de noviembre de 2019

la producción plena


A veces nos amedrentan con la baja oferta de empleos en nuestra zona. A veces se puede responder de una manera diferente: desde los tiempos de crisis en los años treinta, cuando se habló de la teoría de la ocupación y del dinero, el tema favorito de los economistas se llama el pleno empleo. Para decirlo en una frase, todo el mundo debe estar colocado; vale decir, debe alcanzarse la meta de un empleo para el cien por ciento de la población económicamente activa. Este sueño se ha probado irrealizable y --como la paz-- tal vez se alcance en brevísimos momentos de la historia.      
De lo que nadie habla, ni siquiera los gurús de economía, es de la producción plena: todos los recursos de un país, todos en plena producción. Los términos se invierten: si hay producción, habrá empleo. Cuando el propio Keynes sugirió que se daría mucho empleo con una cuadrilla de trabajadores cavando zanjas y otra cuadrilla detrás llenando las mismas zanjas, en efecto se daba muchísimo empleo...pero los resultados eran naturalmente improductivos. Es hora pues de cambiar la ecuación. 

Con esta reflexión, una vez más proponemos que la productividad debe ubicarse en el escenario de las soluciones al trabajo. 

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