sábado, 9 de febrero de 2019

confesión tardía

Ahora me doy cuenta que comenzar la aventura de un blog sin la mínima experiencia, sin las virtudes para conocer sus regates, deja la sensación inicial de entrar en una gruta medio iluminada en cuyas paredes se mecen las sombras de la incertidumbre. Pero por lo menos sé que será posible. Nadie puede morir en un intento como este, y la posibilidad de ir a lo nouveau aún puede ser franqueable a nuestros años.

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