sábado, 20 de abril de 2019

ultimo del notario molina


La Crónica. Diciembre 23, 2010/Columna del Notario Molina
Para el final del año, me ha pedido el notario Molina que reconstruya algunos episodios y conversaciones que tuvimos y que, por alguna razón, no se dejaron transcritas en la columna. Cumplo entonces con su deseo de extractar algunas expresiones y dichos del notario que he venido guardando con notorio interés y, sin que él lo apruebe del todo, se diría que son aportaciones con alguna singularidad.

Como se sigue insistiendo en tener un icono quindiano, el notario apuntaba. "Se han nominado algunos íconos: el poporo, la palma de cerca, el cacique Calarcá, el camino del Quindío, el silletero, el Willys, el farallón de Peñas Blancas, la moneda de diez centavos, el tesoro quimbaya, el mariposario, la yuca chirosa, y el plátano hartón.. Pero no puede olvidarse que en gastronomía nada sustituye al "sudao quindiano" que venía con el fiambre de los arrieros.

Hablando de ciertas personas que suelen ver conexiones informativas donde no las hay, me dijo un día: "esa enfermedad de inventar una situación como derivada de otra que no se le parece en nada, se llama apofemia. Mucho cuidado con los apofenicos porque te ven saliendo por casualidad de una cafetería, al mismo tiempo que sale una chica, e inmediatamente se inventan la mala intención".

Otra vez dijo: "aquí en el Quindío los rectores universitarios no han aprendido a distinguir entre la educación bruta y la educación neta. La educación bruta se compone de currículos universitarios llenos de costuras, de materias que muy poco aportan a la carrera, puros rellenos para cumplir los requisitos de los diez semestres. La educación neta es la tecnológica, que enseña lo que debe hacerse y pone al egresado en las puertas de empleos útiles para la sociedad. La de la von Humboldt, para no ir más lejos". Y añadía: ¿cuándo se va a renovar el U5 con las nueve universidades que aquí existen?

Hablando de economía, aseveraba: "Si uno les pregunta a los economistas locales a cual escuela económica pertenecen, se quedan sorprendidos. Los más listos preguntan por ellas y cuando se les dice por ejemplo que una escuela es la de Friedman, distinta de la de Stiglitz, otra es la de Rosa Luxemburgo, una más la de Perry Anderson, y otra la de von Mises, se quedan viendo un chispero. Pues resulta que a partir de estas escuelas hasta se puede identificar el economista de derechas y el de izquierdas, y por eso estamos tan mal en la justicia social quindiana".

Hablando del tesoro quimbaya, uno de sus temas preferidos, decía: "Nuestros académicos de historia están encartados porque no pueden demandar a la Corona española para pedir el regreso del tesoro. Resulta que el presidente culipronto que lo regaló incurrió en un delito que se llama peculado, y no hay ningún abogado en este país que se atreva a dar ese paso porque necesitaría la coadyuvancia de un gobierno colombiano que no pelea ni con los Holguines ni con España".

Con respecto a las calamidades y lluvias de estos meses, me dijo: "El desastre climático nos da la razón a quienes creemos en la reforestación, el cuidado del ambiente, las riquezas naturales de nuestra región. La ecología es nuestra mayor oportunidad para exportar paisaje e importar turistas. No dejemos morir la gallina de los huevos de oro en manos de los depredadores, empezando por los burócratas".

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