Lo que cuento
enseguida lo viví en Armenia el sábado 16 de febrero de 2019 en el Centro de
Convenciones de esta ciudad.
Una
de las sesiones consistía en la
presentación de los equipos de trabajo de Compromiso
Ciudadano del Eje Cafetero acerca los retos y propuestas que se
moverán en cada región con ocasión de las elecciones de este año. Cada
Departamento mostraba sus diagnósticos en torno a la corrupción y las consignas
que se presentarían a su comunidad para combatir este flagelo.
Le correspondió el
turno al Quindío. Su vocero mostró, en imágenes de videobeam, una completa
relación de los diversos episodios (vergonzosos e ingratos) que se han sucedido
aquí en los últimos treinta años en materia de fraudes a la cosa pública por
cuenta de exGobernadores y exAlcaldes quindianos, algunos de los cuales se
encuentran entre rejas. Cerca del final, el vocero dio a conocer los últimos
hechos ocurridos con ocasión de los tres días sin agua en Armenia y calificó
este episodio como un acto de corrupción de la administración actual.
En ese preciso
momento Sergio Fajardo, quien estaba abajo, en las sillas del auditorio, pidió
la palabra y, en tono severo, señaló que ese acontecimiento tal vez no podría
calificarse de corrupto porque estaba apenas en investigación y por lo tanto no
se hablaba de condenas en un juicio. Añadió que era responsabilidad de este
grupo político hacer afirmaciones más aproximadas a la ley y que una denuncia
de esta naturaleza no debía presentarse así dado que era una situación que no estaba
probada.
Respiré con alivio.
Si alguna vez yo había repetido aquella frase de que “las campañas se hacen en poseía, pero el gobierno es en prosa”,
lo decía por la dificultad de que en la política se pase de las palabras
abstractas a las concretas para exponer mejor una idea. Explicar los adjetivos
“dignidad”, “participación”, “tolerancia”, “buena fe”, y muchos más, y
convertirlos en líneas de acción, es una tarea bien difícil y compleja.
Pero yo estaba ahí,
esa mañana sabatina, entendiendo lo qué significa la coherencia. Fajardo me daba una lección concreta de
comportamiento humano y de moral política y ese ejemplo habría de ser muy
valioso para entender mi apoyo a su causa.